Termino llegando a este lugar donde me esparcí, desconfiando de mis propios recursos, olvidándome de tomar cita conmigo. Ni con mi coach. Sólo conmigo. Parar todo estimulo exterior, parar el incesante ruido exterior que penetra intruso en mis pensamientos, subrepticiamente, hasta que no logre más distinguir cuál es mío.
Diluyo mi esencia, pierdo pie.
¿Dónde estaba? ¿A dónde iba?
Lo de afuera es el reflejo de lo de adentro.
¿Qué pasa cuando pierdo mis límites, cuando el linde es borroso?
Todo viene confuso, pierdo el enfoque, no sé si lo que recibo viene de adentro o de afuera, y me cuesta darle un sentido-significación, un sentido-dirección. Genera en mi ansiedad, sin que pueda entender por qué.
Así que hoy hago una parada. Respiro. Me concentro. Me re-centro.
Y mañana, desde este lugar, empiezo nuevamente a crear…!
Quieres decir algo?