Queremos más, queremos repetir, queremos alargar y con ello vamos desafiando la realidad para forzar la que queremos.
Pero no es así.
Tal como el río nunca acarrea la misma agua, nuestras vidas van pasando llevándose nuestros buenos momentos.
Y está bien.
Tienes que aprender a encapsular la experiencia:
Disfrutarla con toda su intensidad cuando esté - soltarla para acoger otra sin expectativa.
Libre, feliz, atravesad@ por el aire fresco de la vida.
Sin esperar nada, pero ¡esperándote a lo mejor!
¿Y tú?
¿De qué te vas agarrando?
¿Qué es lo que no sueltas y que te dificulta disfrutar del aire a grandes bocanadas?
¿Lo hablamos?
Quieres decir algo?