Evocar el patriarcado hoy arroja un velo oscuro sobre el hombre, oponiéndolo a un matriarcado que sabemos que es mejor (¿¡WTF!?). La idea real detrás del Patriarcado es la noción de posesión. En cuanto el humano se hizo sedentario, tuvo que luchar por su tierra, defender su propiedad y transmitirla. La lógica impuso, pues, el linaje, y con él la pertenencia reglamentada de sus bienes materiales y humanos: títulos de propiedad, reglas de transmisión, garantía de filiación (fidelidad y propiedad de la mujer y los hijos) y herramienta de producción (herramienta y trabajo).
Pero nos gustaría tirar al bebé sin el agua del baño.
¡Todas las mujeres (incluso todos los hombres) están de acuerdo para proclamar alto y claro que ¡somos personas! ¡y no cosas! ¡y que esta historia de propiedad ha durado lo suficiente! ¡Es grotesco!
Pero sigues siendo mi marido, mi mujer, en virtud de lo cual, vale, no me perteneces, pero aún así, tampoco lo vemos muy normal que tu cuerpo o tu atención se aparten de mi persona, como lo demuestran los escándalos apenas desvergonzados de quienes ven sus bienes siendo rateados.
Entonces qué ?
¿Podrían ser estos los restos de una civilización en paso de extinción?
¿La no propiedad realmente sólo es una ilusión?
La intención está ahí pero ¿es la angustia a la incertidumbre la que nos hace retroceder y negar de mala fe nuestros principales principios?
¿O es nuestra fantasmización de omnipotencia la que cobra sentido en una nebulosa pérfida?
Ayúdame... No logro entender bien qué es lo que nos impulsa a fusilar al patriarcado en el acto mientras nos prohíbe liberarnos de este derecho sobre el cuerpo del otro...
* Aquí en mayúscula y en cursiva, porque su significado posmoderno tiene muchas implicaciones y acusaciones que lo diferencian de su significado primario.
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