Me di cuenta de que cada caricia que recibía, que dejaba que me dieran, me la daba a mí mismo.
Me amaba. Cuanto más daba, más recibía. Era como un regalo de amor que me daba a mí mismo. Todo en nosotros era amor.

Tinder da acceso al amor simple y completo, porque no te deja esperar nada en sí mismo. Es gratis. Lo que das y lo que recibes. Puedes tener sexo por nada, ni siquiera tienes que tomar un café o cenar si así lo deseas. Puedes ver a un otro cuando el primero no llena tus expectativas y así destilar esas ansias tuyas con las cuales en el caso contrario le habrías ahogado con despecho. Puedes hacer lo que quieras. Hacer el amor, follar, intercambiar, sonreír, acariciar, puedes experimentar intercambios intelectuales, físicos, emocionales, profesionales, sensuales, cariñosos, amorosos, apasionados... está todo ahí.
Crear relaciones a medida que las inicias ... Las mías fueron todas tiernas y respetuosas, encontré hombres maravillosos, a pesar de lo que andan diciendo por los bulevares sobre la calidad de los protagonistas rondando por estos sitios.

Lo que das es lo que recibes, lo que eres es lo que encuentras.
Tinder no es ninguna excepción a la norma: es una maravillosa area de juego para encontrarte a ti mismo 😉 .


Hablan de ello :

La ley del espejo - Borja Vilaseca